Después de tres semanas de ausencia, este fin de semana la Fórmula 1 regresa con el Gran Premio de Alemania en el circuito de Nurburgring. Se trata de la novena prueba del mundial, que llega así a su ecuador después de una primera parte de campeonato dominada por Jenson Button.
Nurburgring es un autódromo situado entre las montañas de Eifel, en el pueblo de Nurburgo. El piloto Jackie Stewart lo bautizó como “infierno verde”, ya que está considerado como uno de los circuitos más difíciles del mundo.
El circuito tiene una longitud de 5,148 kilómetros y está formado por 15 curvas, algunas de ellas muy rápidas, donde el agarre del coche juega un papel fundamental y otras curvas lentas, donde lo más importante es tener una buena tracción para salir rápido de ellas. Adelantar es bastante difícil. La carrera se completa con un total de 60 vueltas. La vuelta rápida está en el palmarés de Schumacher con 1:29,468 en el año 2004.
Inicialmente el circuito constaba de 28,3 kilómetros y estaba formado por dos secciones: la sección norte, Nordschleife, de 22,8 kilómetros y la sección sur, Südschleife, de 7,5 kilómetros. Se componía de subidas y bajadas espectaculares.
Desde los inicios de la Fórmula 1 en 1951, el Gran Premio de Alemania se disputó aquí, pero la creciente velocidad alcanzada por los modernos monoplazas convirtió el trazado en una peligrosa pista, que tuvo que cerrarse en el año 1970. A partir de aquí este Gran Premio pasó a disputarse en Hockenheim mientras se reconstruía el circuito nuevo sobre parte del antiguo trazado. A pesar de ello, en años posteriores, sus medidas de seguridad dejaron mucho que desear y tras el grave accidente sufrido por Niki Lauda, se prescindió del circuito a partir de 1985.
Después de años de intensa remodelación para cumplir con la actual normativa de seguridad, volvió a utilizarse el circuito para celebrar el Gran Premio de Europa en los años 1995, 1996 y de 1999 a 2007. En 1997 y 1998 se disputó también allí el Gran Premio de Luxemburgo. Sin embargo, la remodelación del circuito lo convirtió en un trazado soso, sin encanto. A casi ningún piloto le gusta demasiado correr allí.
Se corrió por última vez en el año 2007, y ganó Fernando Alonso con su Mclaren en una carrera sobre mojado.
El trazado antiguo sigue abierto al público, y cualquiera con su coche, previo pago, puede probar el mítico “infierno verde”.
Recientemente, debido a la inclusión en el calendario de Valencia como sede para la celebración del Gran Premio de Europa, tanto Nurburgring como Hockenheim se turnaran para disputar el Gran Premio de Alemania.
En estas tres semanas sin carreras, la mayoría de los equipos han aprovechado para crear y probar cosas nuevas en los monoplazas. Concretamente, el R29 de Fernando Alonso estrenará mejoras en su alerón delantero y en las suspensiones. También hay cambios en la cubierta del motor y los tapacubos traseros. Esperamos que, por fin, estas modificaciones en el coche consigan que el bicampeón vuelva a pelear por posiciones de puntos. No lo tendrá fácil, pues los demás también mejorarán.
El claro favorito de esta carrera es Vettel, que corre en casa y llega eufórico después de haber logrado ganar en la última carrera disputada en Silverstone. Solo Button puede chafarle la fiesta.
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