La buena estrella de Vettel

A sus 25 años, Vettel se ha convertido en el tricampeón más joven de la historia de la Fórmula 1. Este logro ha sido posible gracias a proclamarse campeón del mundo en una de las temporadas más apasionantes que se recuerdan. Pero gran parte del éxito del piloto alemán se lo debe al coche que ha conducido, el mejor de la parrilla. La Fórmula 1 es sinónimo de velocidad y el Red Bull ha sido el coche más veloz con diferencia siendo prácticamente imbatible a una vuelta. Con esta arma el camino hacia el título es, sin duda, mucho más fácil.

Pero es que además de tener la suerte de contar con el mejor coche, la fortuna ha sonreído a Vettel en momentos decisivos. Para empezar la mayoría de los problemas mecánicos que ha sufrido Red Bull en carrera, han sido en el coche de Webber. Si Vettel ha tenido algún problema casi siempre ha sido en los libres de los viernes. Con el Mundial en juego, estorbó a Fernando Alonso en la Q3 en Japón y solo recibió una reprimenda por parte de los comisarios. En Abu Dhabi saliendo desde el pit-lane, se benefició de la salida del coche de seguridad en dos ocasiones lo que le sirvió para hacer desaparecer la enorme distancia que lo separaba de las primeras posiciones. Por si esto fuera poco, muchos de los pilotos que tenía por delante abandonaron o la pifiaron a su paso. Y ya el remate final ha sido el pasado domingo cuando se llevó el golpe en la salida con Bruno Senna, el costado de su Red Bull quedó visiblemente dañado pero eso no le impidió continuar la carrera. El coche de seguridad le vino bien otra vez para reducir distancias y aunque posteriormente su coche fuera perdiendo piezas por el camino, su rendimiento no se vio afectado. Vamos, que el chaval ha nacido con estrella.

Sin esas dosis de fortuna el resultado del Mundial hubiera sido muy distinto porque aún con el mejor coche y sin cometer grandes errores de pilotaje, Vettel no hubiera podido hacer nada contra la genialidad de Fernando Alonso, que con un coche bastante peor que el Red Bull y con bastante menos suerte que la suya, se ha quedado a nada, a solo tres puntos de ganarle la partida.