Antes de comenzar su paseo por las calles asturianas, a Fernando le hicieron entrega en el Teatro Campoamor de la placa con su nombre que a partir de ahora llevará la calle donde creció. El asturiano afirmó sentir “satisfacción y orgullo” por tener una calle con su nombre. “Es increíble poder tener una calle en mi ciudad, y no una calle cualquiera, la calle en la que he vivido 20 años”.
Luego dio la primera vuelta al recorrido de 1,800 kilómetros a bordo de un Renault Megane descapotable para saludar a toda la gente que se agolpaba para verle.
Después comenzó el espectáculo. Primero con un kart, Fernando se lo pasó en grande trompeando y manejando el vehículo sin manos y hasta sin pie. Incluso se paró a hacerse fotos para inmortalizar el momento.
A continuación cambió el kart por “Megane Sport RS” y un “Megane Trophy”con los que dio algunas vueltas y quemó neumáticos.
El plato fuerte fue, sin lugar a dudas, el momento en que Fernando salió a pilotar el R28 del año pasado. El mismo con el que consiguió ganar dos carreras: Singapur y Japón.
El rugir del motor hizo vibrar las calles, y los aficionados aplaudían los trompos del asturiano.
Impresionante el humo que desprendían los neumáticos con las piruetas de Fernando al volante. El asfalto ovetense no olvidará lar marcas de sus hazañas.
Por último, Fernando salió de su monoplaza y subido encima del coche saludó a todos los aficionados como si hubiera obtenido la victoria en un gran premio.
Y toda victoria tiene su botella de champán. Fernando acabó compartiéndola con el público.
Fernando se mostró muy emocionado tras haber hecho realidad su sueño: “Es algo que nunca olvidaré, y tendré para siempre en mi recuerdo”.
Un gran día que quedará para el recuerdo. ¡Felicidades por cumplir tu sueño, Fernando!
Fue una pasada, lo estuve viendo por la televisión y se me ponía hasta la carne de gallina viéndolo.
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