Alonso, siempre a la espera de un coche ganador

Si le echamos un vistazo a la parrilla de 2012, nos encontramos con 6 campeones del mundo: Michael Schumacher, Fernando Alonso, Kimi Raikkonen, Lewis Hamilton, Jenson Button y Sebastian Vettel. Casi todos ellos han alcanzado el éxito de la mano de un coche ganador, casi todos menos Fernando Alonso y también podría incluir a Kimi Raikkonen, que ganó su Mundial en 2007 porque McLaren lo tiró por la borda no porque su Ferrari fuera la leche.

Lo que quiero decir es, sin quitarles el mérito al resto de campeones, que al volante del mejor coche de la parrilla el camino hacia la victoria es más fácil. Por ejemplo, Michael Schumacher disfrutó de ese privilegio durante la mayoría de sus años en Ferrari, lo que le valió conseguir cinco de sus siete títulos mundiales (2000, 2001, 2002, 2003 y 2004). El Káiser se impuso notablemente al resto de pilotos dejándonos campeonatos monopolizados por el alemán.

Mencionaba antes que Kimi Raikkonen tampoco había logrado su titulo con Ferrari de la mano de un coche ganador. Pero anteriormente si que tuvo el coche más rápido de la parrilla en el año 2005, aunque le fue imposible materializarlo en un título. Lo que ocurrió ese año es que la escasa fiabilidad de su McLaren, inversamente proporcional a su velocidad, le apartó de la lucha por el Mundial ante un Fernando Alonso que venía pisando fuerte con un coche inferior al McLaren.

Hamilton es uno de los pilotos de los que se puede decir que prácticamente todos los años cuenta con un coche más o menos competitivo. En el año de su debut en Fórmula 1 y con el inestimable apoyo de McLaren en detrimento de su compañero Alonso, luchó por el título, pero varios errores de novato le hicieron ser subcampeón. En 2008 logró el título con solo un punto de ventaja sobre Massa. La escasa diferencia fue debida a las meteduras de pata del inglés que ese año protagonizo varios incidentes polémicos pero que contaba con un coche veloz.

Jenson Button es el típico caso de piloto que ha pasado prácticamente del anonimato a ser mundialmente conocido gracias a contar con un coche rapidísimo, el Brawn de 2009. Sin lugar a dudas, Button contó con el mejor coche de 2009, arrasó en victorias y logró el título Mundial. Después en McLaren ha demostrado su talento, lo que me lleva a pensar en cuantos talentos permanecen ocultos a la espera de ese coche que les haga brillar.

El vigente campeón del mundo, Vettel, ha tenido la suerte de contar en los dos últimos años con el mejor coche de la parrilla y además poder materializarlo en títulos. Sus números son de infarto. Sin embargo, a poco que se le ha visto con un Red Bull más modesto, la vida ya no es tan sencilla para el piloto alemán.

Como podemos ver todos estos campeones han contado en algún momento con el mejor coche de la parrilla, no así Fernando Alonso, que logró sus dos títulos mundiales con un Renault que no era el coche más rápido de la parrilla, pero lo suficientemente competitivo para que unido al talento del piloto español lograrán la fórmula del éxito. Más tarde, en 2007, Alonso partió con un coche veloz, pero toda la polémica con McLaren lastró aquel fatídico año. Luego, su regreso a Renault y sus años en Ferrari tampoco le han proporcionado un coche ganador a día de hoy. Durante todos estos años Fernando Alonso ha conseguido poles y victorias imposibles, con coches que no han estado a la altura del piloto asturiano. Siempre sufriendo, siempre luchando por sacar el máximo rendimiento de coches que estaban muy por debajo del nivel de los coches de los rivales. Unos lo llaman magia, otros simplemente genialidad, pero todos nos hacemos la misma pregunta, ¿para cuándo un coche ganador para Fernando? Lo merece como nadie.